lunes, 1 de marzo de 2010

¿SE PUEDE AYUNAR CON CHOCOLATE?....


¿SE PUEDE AYUNAR CON CHOCOLATE?....



Hasta hace apenas medio siglo para los católicos era pecado comer carne todos los viernes, en las siete semanas de la Cuaresma y en varios días de la Semana Santa. Las familias con posibles "compraban la autorización para consumir carne" pagando la Bula de la Carne, por la que el Papa , a cambio de una limosna, reducía los días de ayuno del donante a los viernes de cuaresma y la semana santa. Y en estos días también era obligatorio el ayuno, o comida frugal a lo largo del día.


Los demás fieles o la guardaban religiosamente o se saltaban la prohibición del ayuno, sobre todo, buscando una excusa. El trabajador porque trabajaba, el predicador porque predicaba, el oficial porque se responsabilizaba de una tropa, el clérigo porque confesaba, la preñada por su embarazo, la parida porque estaba criando, el agricultor porque trabajaba de sol a sol... Ninguno podía guardar el ayuno correspondiente.


Pero lo habitual es que, quienes podían, sustituyeran la carne por otros sabrosos platos. Un clérigo sustituía la falta de carne con unas truchas, tortilla de atún, ensalada, queso y fruta. Pero el plato habitual en los días de abstención para el pueblo era el potaje de garbanzos que llevaba siempre aditamentos similares: espinacas, bacalao, huevo duro o acelgas. Y en cuanto al ayuno, a media tarde o a media mañana, no era muy propio el potaje. Entonces las damas satisfaccían su apetito con el chocolate, que se convirtió en el vicio nacional.


Pero ¿rompía el chocolate el ayuno?. Las monjitas que lo preparaban aseguraban que no; la iglesia mendicante, previendo nuevos ingresos con una Bula del Chocolate, decía que sí. Y los jesuitas, con su filosofía peculiar, absolvían de pecado a quienes bebieran chocolate pero no mojaran pan o bizcochos en él. Así nacieron los frutos de sartén: churros, flores fritas, porras, que no eran pan ni bizcocho. Pero de este asunto ya escribiremos otro día.


La polémica sobre si el chocolate rompía el ayuno o no llegó hasta Roma. Y el Papa encargó un estudio a un humilde jesuita que hacía labores de escribiente en el Vaticano. El Pontífice le prometió un nombramiento en el seno de la Iglesia si le resolvía el dilema. Después de muchos experimentos y pruebas, el curilla llegó a la conclusión de que el chocolate hecho con agua o con leche aguada no rompía el ayuno. La solución contentó al Papa que nombró al cura cardenal de la Iglesia Católica por haber resuelto el dilema del chocolate...


Colaboracion especial de ¨Meg¨ http://elfogondemeg.blogspot.com
Escritora de la comida de los reyes de España . Emilia Gonzalez Sevilla